Hoy hablaremos sobre algo muy importante en nuestro cultivo: cómo saber si nuestra temperatura y humedad son óptimas para nuestras plantas. Para ello, es esencial entender el concepto de VPD o DPV en español, que significa déficit de presión de vapor.
El VPD nos indica qué tan cómodas se sienten las plantas con la temperatura y humedad de la sala de cultivo. En pocas palabras, el VPD es una medida de la diferencia entre la cantidad de vapor de agua presente en el aire y la cantidad máxima de vapor de agua que el aire puede contener a una determinada temperatura. Este indicador es crucial porque influye directamente en la transpiración de las plantas y, por ende, en su crecimiento y salud.
Un VPD adecuado asegura que las plantas puedan transpirar de manera óptima, lo que permite un mejor intercambio de gases y una mayor absorción de nutrientes. Si el VPD es demasiado bajo, el aire estará demasiado húmedo y las plantas no podrán transpirar eficientemente, lo que puede llevar a problemas de moho y enfermedades. Por otro lado, si el VPD es demasiado alto, el aire será demasiado seco y las plantas pueden deshidratarse, lo que también afecta negativamente su desarrollo.
Para medir y entender mejor el VPD, se utiliza la unidad de kilopascales (kPa). El kilopascal es una unidad de presión que nos ayuda a cuantificar el déficit de presión de vapor. Generalmente, un VPD ideal para la mayoría de las plantas se encuentra en un rango de 0.8 a 1.2 kPa. Mantener el VPD en este rango asegura que las plantas estén en un ambiente óptimo para su crecimiento.
Ahora explicaremos en qué influyen los estomas en todo esto. Los estomas son pequeñas aberturas en las hojas de las plantas que permiten el intercambio de gases, principalmente la entrada de dióxido de carbono (CO₂) y la salida de oxígeno (O₂) y vapor de agua. Este proceso de intercambio de gases es esencial para la fotosíntesis y la transpiración.
La apertura y cierre de los estomas están regulados por la planta y son influenciados por factores ambientales como la luz, el CO₂, y muy especialmente, la humedad y la temperatura del aire, es decir, el VPD.
Las plantas se mantienen erguidas y saludables si tienen un VPD óptimo. Un VPD equilibrado permite que las plantas mantengan una presión de turgencia adecuada en sus células, lo que les da soporte estructural y evita que se marchiten. La presión de turgencia es esencial para que las plantas se mantengan firmes y erguidas.
El VPD también afecta el metabolismo de la planta. Un VPD adecuado puede acelerar el metabolismo de las plantas, promoviendo un crecimiento más rápido y eficiente. Esto se debe a que un VPD óptimo mejora la transpiración y el intercambio de gases, lo que facilita la absorción de nutrientes y la fotosíntesis. Un metabolismo acelerado significa que las plantas pueden crecer más rápidamente y desarrollar estructuras más robustas.
Para obtener un VPD preciso, no solo debemos considerar la temperatura del cuarto de cultivo, sino también la temperatura interna de las hojas. La temperatura de la hoja puede diferir de la temperatura ambiente debido a la transpiración y otros procesos fisiológicos. Para medir la temperatura interna de la hoja de manera exacta, se recomienda utilizar un sensor infrarrojo. Estos sensores permiten obtener una lectura precisa de la temperatura de la hoja, lo que a su vez permite calcular con mayor exactitud el VPD real y ajustar las condiciones del cultivo de manera óptima.
Para mantener el VPD en el rango ideal, es importante controlar y ajustar la temperatura y la humedad en la sala de cultivo. Herramientas como los humidificadores, deshumidificadores, calentadores y ventiladores pueden ser de gran ayuda para lograr este equilibrio.
